P. Francisco J: Rebollo Leòn SIERVOS DEL DIVINO AMOR

P. Francisco J. Rebollo Leòn SIERVOS DEL DIVINO AMOR

martes, 6 de diciembre de 2011

LA EUCARISTÍA, PRESENCIA VIVA DE JESÚS.


LA EUCARISTÍA, PRESENCIA VIVA DE JESÚS.




Precedente bíblico del sacrificio y banquete de comunión en la Antigua Alianza.


En Israel habían multitud de sacrificios; muchos de ellos iban seguidos de banquetes. Estos eran banquetes de comunión, en Hebreo "Selamin" que significa "sacrificio" que unián al pueblo entre sí y a su vez con DIOS.

Levítico 6, 17-20


El SEÑOR habló a Moisés para decirle: Dile a Aaron y a sus hijos:
Esta es la Ley de la víctima ofrecida por el pecado.
Será sacrificada ante el SEÑOR
En el mismo lugar donde se ofrece el sacrificio del Holocausto.
Es una cosa muy sagrada. El sacerdote que la
Ofrenda comerá en un lugar santo, a la entrada de la tienda de las citas
Cualquiera que toque las carnes será santificado.

Levítico 7, 15

La carne de la víctima del sacrificio de comunión
Será comida en el mismo día sin dejar
Nada para el siguiente.

El sacrificio de Holocausto era el sacrificio de ofrenda. Como vimos en Levítico 6, 17-20 la víctima ofrecida por el pecado era sacrificada en el altar del Holocausto. Cristo Jesús se hizo Ofrenda por nuestra salvación sustituyéndonos en la Cruz y cargando nuestros pecados "Víctima ofrecida por el pecado", en esta ofrenda, al igual que la ofrenda de comunión, la víctima era consumida totalmente y así se entraba en común - unión con el DIOS de Israel. 

En nuestra Eucaristía, la víctima, nuestra ofrenda y sacrificio, tiene que ser consumida al igual que en el antiguo Israel. Hoy nuestra ofrenda no es de ovejas ni animales. Es JESÚS el SEÑOR, por eso nuestra comunión no es simbólica, como las víctimas de Israel no eran simbólicas, sino con la propia Víctima. Para el Hebreo y en la mentalidad semita es necesario entrar en comunión con el cuerpo si queremos establecer una comunión con el espíritu.

Exodo 12, 8-10

Esa misma noche comerán el cordero asado al fuego,
Lo comerán con panes sin levaduras…
Ustedes no guardaran nada para el día siguiente,
Lo que sobre quémenlo al fuego.

En la comida de la Pascua era sacrificado un cordero, macho y sin defectos. Desde antiguo se ha considerado este cordero prefigura de JESUCRISTO. Este cordero se debía comer completo en la cena Pascual. La Eucaristía es Nuestra Cena Pascual, en ella el cordero no puede ser una representación, es el mismo cordero el que se ingiere. Nuestro cordero ya fue señalado por Juan el Bautista (San Juan 1, 36) es JESÚS, por lo tanto en la Eucaristía comemos el Cuerpo de JESÚS-CORDERO.

La Eucaristía en el contexto neotestamentario.

Juan 6, 51

Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.

El pan que yo daré es mi carne, y la daré para vida del mundo

Juan 6 es el discurso más difícil que le tocó predicar a JESÚS y de hecho el de más controversia. JESÚS ya ha declarado que Él es el pan de vida.


Días antes, JESÚS ha caminado sobre las aguas, desafiando todas las leyes naturales (San Marcos6, 45-52). Pocos momentos antes JESÚS había multiplicado los panes (San Marcos 6, 35-43). Con estos dos hechos le ha querido decir a sus discípulos que Él hace con el pan lo que quiere (lo multiplica) y con su cuerpo también (camina sobre las aguas), o sea, que tiene poder sobre su cuerpo y sobre los panes. Ahora se adentra en el misterio y proclama que su carne es pan. ¿Difícil? ¿No caminó sobre las aguas ..algo imposible para un hombre?. ¿No multiplicó los panes …algo imposible para un hombre?. Seguro que sí, pero no para DIOS. El que tiene poder sobre las leyes naturales de su cuerpo y de los panes puede transformar su cuerpo en pan. En este pasaje JESÚS habla claramente. El pan que nos va a dar es Su Carne, aquí esta explícito. Esta frase esta exenta de simbolismo, pero para aclarar esto más aún veamos al texto griego original.

La palabra utilizada para definir carne es sarx, que en Griego quiere decir: "Carne, trozo de carne, cuerpo, ser vivo, hombre". Vemos una definición contundente de que JESÚS utiliza la palabra que denota cuerpo de carne y que no es en ningún modo metáfora, hecho que concordará con las palabras de la Última Cena. Existen otras dos palabras en Griego para definir carne, una es "Kreas" que quiere decir: "Trozos de carne" y se utiliza para cuando se habla de ingerir carne en una comida normal (Rom 4, 21/1 Cor 8, 13) y "Sarkinos" que quiere decir "carnal" y se utiliza en sentido simbólico (Rom 7, 14/1 Cor 3, 1 / 2 Cor 3,3. Fíjense que Jesús no utilizó ninguna de estas dos opciones en este contexto.


San Juan 6,55

"Mi carne es comida verdadera y mi sangre es bebida verdadera"

Si quedó alguna duda de la intención de JESÚS en el versículo 51, ahora las dudas deberían disiparse. JESÚS declara que su cuerpo (sarx) es comida verdadera. La palabra griega utilizada por JESÚS para decir verdadera es "Alethes" que proviene de "Aletheia" que quiere decir "Verdad, veracidad, sinceridad, realidad", esta palabra confirma la realidad de la presencia viva de JESÚS en Cuerpo y Divinidad en la Eucaristía. JESÚS no dijo en ningún momento que su carne "significa", todo lo contrario, afirma ser verdadera, "alethes". Este mismo análisis se aplica a la sangre de JESÚS.

Si nos quedara duda de que JESÚS habló en sentido simbólico o metafórico analicemos la reacción de los discípulos:

San Juan 6, 60

"Cuando oyeron todo esto, muchos de los que habían seguido a JESÚS dijeron

"Este lenguaje es muy duro ¿Quién puede sufrirlo?"

Los discípulos hablaban perfecto arameo, que era la lengua habitual de JESÚS y entendieron perfectamente que éste no hablaba en forma simbólica, pues si hubiera sido así, esta reacción hubiera estado de más. ¡Ellos reaccionaron escandalizados! No pueden sufrir que el "hijo del carpintero" les hable de "comer su carne y beber su sangre"… es algo demencial para ellos, es algo que sólo se entiende en FE. JESÚS al contrario de lo que hace en otras ocasiones no les va a explicar, porque es algo que no se puede explicar, es algo que hay que aceptar. Es por eso que les pregunta a los Apóstoles si también se van a marchar y Pedro contesta que aunque no entiende nada, sabe que de JESÚS solo sale "vida eterna". Así la Iglesia, como Pedro, se queda en Fe con las palabras de JESÚS.

San Juan 6, 61

JESÚS captó en su mente que sus propios discípulos criticaban su discurso y les dijo:

¿"Qué va a ser entonces cuando vean al Hijo del Hombre subir al lugar donde estaba antes!"?

JESÚS aquí nos da una comparación. Si no entienden cómo pueden comerse su cuerpo, menos entenderán su Ascensión al cielo, o sea dice JESÚS que es más fácil aceptar la Eucaristía que aceptar su Ascensión y su Glorificación como Segunda Persona de la Trinidad. Actualmente casi todas las Iglesias aceptan la Ascensión y Glorificación de JESÚS, sin embargo no aceptan la Eucaristía que según JESÚS es más fácil de entender.

San Mateo 26, 26-28

Mientras comían, JESÚS tomo el pan y, después de pronunciar la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomen y coman; esto es mi cuerpo. Después tomando una copa de vino y dando gracias, se la dio diciendo: Beban todos, porque esta es mi sangre, la sangre de la alianza, que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de los pecados.

Llega la Última Cena. Cena Pascual donde sorpresivamente no hay cordero puesto que JESÚS va a reemplazarlo. Llegado el momento JESÚS solemnemente declara que el pan ES su cuerpo, en clara conexión con el discurso de San Juan 6. La palabra griega utilizada en el Evangelio traducida como "cuerpo" no es Sarx, como hubiera sido de esperar pues Sarx significa también cuerpo. La palabra utilizada es Soma que quiere decir en griego "cuerpo, cadáver, cuerpo muerto" que en este contexto de sacrificio, al darlo separado de su sangre (el vino) expresa claramente queJESÚS está hablando y refiriéndose a El cómo el Cordero Pascual comido en la Pascua Hebrea ya muerto y no de forma alguna simbólica y que faltó en la Ultima Cena. La misma explicación es acertada para el vino como sangre.
San Lucas 19

"Hagan esto en memoria mía"

Esta orden de JESÚS de ninguna forma da aspecto de simbolismo a la Eucaristía, más bien la afirma. Veamos: La palabra griega utilizada para "memoria" esanamnesis que quiere decir "recordar, refrescar la memoria, mencionar, acordarse, pensar en algo" en ningún momento la palabra memoria implica símbolo. Con esta palabra JESÚS ordena a los Apóstoles que sigan repitiendo lo que Él acaba de hacer con las mismas consecuencias, instituye el orden Presbiteral o Sacerdotal al mandar a los Apóstoles a celebrar la Cena Pascual con Él como Cordero Sacrificado y en ningún momento simbólico. Con esto se cumple en el Nuevo Pacto lo ordenado a Israel en Exodo 12, 14"

"Esta ley es para siempre: los descendientes de ustedes no dejaran de celebrar este día".

¿Sabías tu, que cuando asistes a la Eucaristía estas asistiendo a la Cena Pascual de la Nueva Alianza?.. Esto será un tema para un nuevo estudio. Regresando a nuestra palabra "anamnesis", esta palabra se utiliza en Hebreos 10,3. "Pero en esos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados…" cada año se recuerda algo muy actual, los pecados. Memorial - actualización de una realidad. ¿Qué realidad? Nuestra comunión conJesús de una forma íntima y tremenda comiendo su Cuerpo y bebiendo su Sangre.

Levítico 2,2

"La llevarán a los sacerdotes, los hijos de Aaron, quienes tomando un puñado de harina con aceite y todo el incienso lo quemaran sobre el altar como combustión, en memoria, en olor suave para YHAVEH"

El olor de esta harina, quemada por los sacerdotes en el altar será un memorial, o sea que recordara al Padre la ofrenda al mismo tiempo que al oferente. El memorial de la Eucaristía recuerda al Padre el Sacrificio de Cristo en la cruz - único y suficiente- pero que se actualiza como sacrificio incruento, donde no hay sufrimiento; y que recuerda al Padre que somos los oferentes y los beneficiados de éste, y que por esta víctima- Jesús -debe derramar su Misericordia sobre nosotros.

En I de Corintios 11, 26 dice San Pablo "Cuantas veces comáis este pan y bebáis este cáliz, anuncias la muerte del Señor hasta que venga". Este versículo es de una importancia trascendental, pues reafirma el carácter sacrificial y escatológico de la Eucaristía. Proclamamos el sacrificio de JESÚS y lo haremos hasta que Él retorne en Gloria.

I Corintios 10, 16

La copa de bendición que bendecimos, ¿No es la comunión con la sangre de CRISTO? Y el pan que partimos, ¿No es una comunión con el cuerpo de CRISTO?

En este Capitulo 10, San Pablo habla de un hecho real "no se debe comer carne sacrificada a los ídolos" y como alude a la presencia real de Cristo en la Eucaristía común - unión del creyente y CRISTO JESÚS, diciendo claramente que la comunión es el cuerpo y la sangre de Cristo.

I Corintios 1, 26-29

Así pues, cada vez que comen de este pan y beben de la copa, están proclamando la muerte del SEÑOR hasta que venga. Por lo tanto, si alguien come el pan y bebe de la copa del SEÑOR indignamente, peca contra el cuerpo y la sangre del SEÑOR.
Por eso, que cada uno examine su conciencia antes de comer del pan y beber de la copa. De otra manera come su propia condenación al no reconocer el cuerpo.

Aquí San Pablo nos da una visión contundente de la presencia real de JESÚS en la Eucaristía. Primeramente se peca contra el objeto que se agravia, aquí según San Pablo se agravia el Pan y la Copa al comerse indignamente, sin embargo se peca contra el Cuerpo y la Sangre del SEÑOR, afirmación que sería un desatino si cuerpo y pan y copa y sangre no fueran lo mismo. Seguidamente va a atribuir condenación, un hecho que solo se aplica por no aceptar en Fe a DIOS .

¿Qué pensaron la comunidad primitiva y los Padres de la Iglesia en el primer siglo sobre este tema?

- San Ignacio Obispo de Antioquía en el año 110 D.C. escribe en su Carta a los de Esmirna lo siguiente: "De la Eucaristía y la oración se apartan (los herejes docetas) por que no confiesan que la Eucaristía es la carne de Nuestro Salvador JESUCRISTO, la que padeció por nuestros pecados, la que por bondad resucito el Padre. Por lo tanto, los que contradicen el don deDIOS litigando, se van muriendo. Mejor les fuera amar para que también resucitasen"

En su carta a la Iglesia de Filadelfia les dice: "Esforzaos, por lo tanto, por usar de una sola Eucaristía; pues una sola es la carne de Nuestro SEÑOR JESUCRISTO y uno sólo es el cáliz para unirnos con su sangre, un solo altar, como un solo Obispo junto con el Presbiterio y con los diáconos co-siervos míos; a fin de que cuando hagáis, todo lo hagáis según DIOS".

-San Justino Mártir, año 160 en su Apología 1ra. "Este alimento se llama entre nosotros Eucaristía del cual a ninguno le es lícito participar, sino al que cree que nuestra doctrina es verdadera y ha sido purificado por el Bautismo para perdón de pecados y regeneración…. Es la sangre y la carne de aquel JESÚS que se encarnó, pues los Apóstoles y los comentarios por ellos compuestos, llamados Evangelios nos lo transmitieron así…"

-San Ireneo, Obispo de Lyon, año 180, libro "Adversus Haereses" " ¿Y como dicen también que la carne se corrompe y no participa de la vida (la Carne) que es alimentada por el cuerpo y la Sangre del SEÑOR? Por lo tanto, o cambian de parecer o dejan de ofrecer las cosas dichas".

-Tertuliano, año entre 160 y 220 libro "Contra Marción" "Por lo cual, por el sacramento del pan y del cáliz, ya hemos probado en el Evangelio la verdad del cuerpo y la sangre del SEÑOR en contra de la teoría del fantasma propugnada por Marción".

-San Agustín, años 354-430 "Y siendo así que CRISTO anduvo en esta carne y nos dio su misma carne para que la comiéramos, nadie puede comer su carne si no la adora, encontramos que como es posible adorar tal escabel de los pies del SEÑOR, sin que no-sólo no pequemos adorando, sino que pequemos no adorando..

Hermanos separados de la comunión con la Iglesia Católica opinan que cuando JESÚS dijo: "Esto es mi cuerpo" lo dijo en forma de símil, como es el caso en San Juan 6, 35 donde JESÚS dice: "Yo soy el pan de Vida’ o como en San Juan 6, 12 donde dijo: "Yo soy la Luz del mundo" o también como en San Juan 10, 9 donde dijo "Yo soy la puerta". Evidentemente JESÚS aquí se esta describiendo a sí mismo como "Pan de Vida", "Luz del mundo", "Puerta" y en otra oportunidad como "El camino", JESÚS no es una "Puerta" o un "camino" físicamente hablando.. es pura simbología, pero examinemos una de estas oraciones, por ejemplo: "Yo soy la Puerta". Esta oración, y si mal no recuerdo mis años de estudiante de gramática, se compone de Sujeto y Predicado. El sujeto es de quien se habla y el predicado precedido de un verbo describe una acción al sujeto, en este caso Yo, es el sujeto o sea CRISTO y soy la puerta es el predicado que describe a Cristo como la entrada a la salvación por medio de una "puerta". En la Ultima Cena JESÚS dice "Esto es mi cuerpo". Esto es el sujeto o sea el pan y mi cuerpo es el predicado que describe al sujeto o sea CRISTO(soma). ¿Ves la diferencia? En los anteriores versículos del Evangelio CRISTO se describe a sí mismo como puerta, Luz, camino, etc.. En la Ultima Cena el Pan es descrito como el mismo CRISTO, su cuerpo sacrificial. Luego entonces el Pan es CRISTO, lo cual es muy diferente a que CRISTO sea pan.

Hermano que lees este pequeño estudio de apologética sobre la Eucaristía, la presencia real de JESÚS en el pan y en el vino sólo se acepta por FE, no por razonamiento. Pues como dijo San Agustín "Si lo entiendes, no es Dios". ¿En qué bando estas? Entre los que dejaron a JESÚS moviendo la cabeza y diciendo "dura doctrina es esta!" O cómo los que como Pedro nos quedamos diciendo "no entiendo humanamente, pero sé que tienes Palabras de Vida y además adonde ir que haya vida eterna?" Si te quedas en Fe tienes la promesa del SEÑOR "El que come mi carne y bebe mi sangre, vive de verdad, y yo lo resucitare en el ultimo día". Que así sea.

Ministerio de Apologética

SOBRE ESTA ROCA

@ Ministerio Siloe - Frank Morera

ESTAS AQUÍ CANTO DEL GRUPO JESED






jueves, 29 de septiembre de 2011

EL PAN DE LOS ANGELES.




Dice la Palabra de Dios: En el libro de la Sabiduría, capítulo 16 versículo 20 -21.

"A tu pueblo, por lo contrario, le alimentaste con manjar de ángeles; les enviaste sin cesar desde el cielo un pan ya preparado que podía brindar todas las delicias y satisfacer todos sus gustos. El sustento que le dabas revelaba tu dulzura con tus hijos, pues, según el deseo del que lo tomaba sabía a lo que cada uno quería."

Dice el Salmo 78 versículo 25 "Todos comieron un Pan de ángeles, les dio comida hasta saciarlos".

El "Pan de los ángeles" en el Antiguo Testamento es el maná que alimentó a los israelitas en el desierto. En el Nuevo Testamento se hace figura de la Eucaristía que nos alimenta cada día desde el cielo sobre la tierra.

La Eucaristía, "Pan de ángeles" para nosotros, es Jesús que nos dice:



Sus padres en el desierto comieron el maná...Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da la vida al mundo..."Yo soy el Pan de Vida, el que viene a mí jamás tendrá hambre, jamás tendrá sed".

Sus padres en el desierto comieron el maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo, para todo aquel que lo coma no muera. "Yo soy el pan vivo bajado del cielo, el que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo".

El "Pan de los ángeles"... es Jesús que se quedó con nosotros en un pequeño pan... Es el niñito de Belén, adorado por los pastores y los ángeles del cielo...Es el Jesús Pastor que caminó por Nazaret anunciando:

La "Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado".(Lc. 4 - 43) nos dice su palabra. Nos enseñó que tenemos un Padre que nos ama y "que los ángeles del cielo se alegran por cada pecador que se arrepiente" (Lc. 15 - 10). "Les aseguro que aquel que me reconozca abiertamente delante de los hombres, el Hijo del Hombre los reconocerá antes los ángeles de Dios" (Lc.12 8 - 9). "Porque si alguien se averguenza de mi y de mis palabras, el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles"(Lc. 9 - 26).


En cada Misa Dios Padre nos reune y nos alimenta con la Eucaristía. Comida que nos recuerda la Ultima Cena que su amado hijo Jesús compartió con sus discípulos anticipando simbólicamente el Sacrificio de la Cruz...




"Tomad, comed, este es mi cuerpo". Tomó luego una copa y dadas las gracias, se las dio diciendo: "Bebed todos de ella, porque esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos para remisión de los pecados""Hagan esto en memoria mía" (Mt. 26 26,28 - Lc.22,19)




Jesús en su eterno sacrificio de la Misa, bajo las apariencias del Pan y del Vino Consagrados por el Sacerdote, se hace presente en el Altar con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad... Se da como alimento, se hace Pan vivo bajado del cielo para sanar nuestras almas y darnos vida... nos lleva al Padre...Somos invitados de honor del "Gran Banquete Celestial".

La Eucaristía, "Pan de Ángeles para nosotros" es Jesús que nos dice:


"Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo" "El que come mi carne y bebe mi Sangre tiene vida eterna" "El que come mi carne y bebe mi Sangre permanece en mi y yo en él" (Juan 6 48, 51- 54- 56).

Al Comulgar, al recibir La Sagrada Comunión participamos del Cuerpo y de la Sangre de Cristo derramada en la Cruz para nuestra salvación, que viene a nosotros con todo su poder, con toda su gloria, que desciende del Cielo en el Pan de la vida..."En el Pan de los Angeles"...






Santísimo Sacramento del Altar...Tu Cuerpo y Sangre Jesús...Toda tu presencia viva, bajo las apariencias del Pan y del Vino.

El mismo Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre que caminó por Galilea, expulsando los demonios y sanando los enfermos, convirtiendo el agua en vino...multiplicando los panes, dio de comer a una multitid con pan temporal que sació el apetito de sus cuerpos y les prometió su carne y su Sangre como alimento.






"Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre ; el que cree en mí jamás tendrá sed"

"El que coma de este Pan vivirá eternamente. Porque mi carne es verdadera comida y mi Sangre verdadera Bebida"

"El que come mi carne y bebe mi Sangre, permanece en mí y yo en él" (Juan 6 51,55,56) 

Viene a nosotros, con todo su poder, con toda su gloria. Aunque no seamos dignos, aunque seamos pecadores, aunque no merezcamos compartir el "manjar de los ángeles"...porque como ayer lo hizo, hoy también quiere perdonarnos, quiere sanarnos, quiere liberarnos. Quiere darnos vida eterna.

Vida eterna que compartiremos en el cielo, junto a Él y sus amados

ángeles...junto al ángel guardián que acompañana nuestro camino, conduciéndonos en nuestro peregrinar para que podamos alcanzar nuestra salvación. En cada Misa se hacen presente porque donde está Jesús están ellos...Son sus adoradores por excelencia y quieren anhelan que nosotros los imitemos en la adoración, en la alabanza...

Las Sagradas escrituras nos enseña la participación de los ángeles en la liturgia de la Iglesia y nos dice: "Vosotros os habéis acercado a la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén Celestial, a una multitud de ángeles, a una fiesta solemne, a la asmblea de los primogénitos, cuyos nombres están escritos en el cielo, a Jesús mediador de la Nueva Alianza"(Hebreos 12 22,24).

El pan de los ángeles...Jesús Eucaristía... hace una vez más verdadera la tradición del Pueblo hebreo "El sustento que le dabas revelaba la dulzura con tus hijos, pues según el deseo del que lo tomaba sabía lo que cada uno quería".


 

¿Qué es la Eucaristía?


La Eucaristía es la consagración del pan en el Cuerpo de Cristo y del vino en su Sangre que renueva mística y sacramentalmente el sacrificio de Jesucristo en la Cruz. La Eucaristía es Jesús real y personalmente presente en el pan y el vino que el sacerdote consagra. Por la fe creemos que la presencia de Jesús en la Hostia y el vino no es sólo simbólica sino real; esto se llama el misterio de la transubstanciación ya que lo que cambia es la sustancia del pan y del vino; los accidente—forma, color, sabor, etc.— permanecen iguales.


La institución de la Eucaristía, tuvo lugar durante la última cena pascual que celebró con sus discípulos y los cuatro relatos coinciden en lo esencial, en todos ellos la consagración del pan precede a la del cáliz; aunque debemos recordar, que en la realidad histórica, la celebración de la Eucaristía ( Fracción del Pan ) comenzó en la Iglesia primitiva antes de la redacción de los Evangelios.
Los signos esenciales del sacramento eucarístico son pan de trigo y vino de vid, sobre los cuales es invocada la bendición del Espíritu Santo y el presbítero pronuncia las palabras de la consagración dichas por Jesús en la última Cena: "Esto es mi Cuerpo entregado por vosotros... Este es el cáliz de mi Sangre..."
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Encuentro con Jesús amor


Necesariamente el encuentro con Cristo Eucaristía es una experiencia personal e íntima, y que supone el encuentro pleno de dos que se aman. Es por tanto imposible generalizar acerca de ellos. Porque sólo Dios conoce los corazones de los hombres. Sin embargo sí debemos traslucir en nuestra vida, la trascendencia del encuentro íntimo con el Amor. Resulta lógico pensar que quien recibe esta Gracia, está en mayor capacidad de amar y de servir al hermano y que además alimentado con el Pan de Vida debe estar más fortalecido para enfrentar las pruebas, para encarar el sufrimiento, para contagiar su fe y su esperanza. En fin para llevar a feliz término la misión, la vocación, que el Señor le otorgue.


Si apreciáramos de veras la Presencia real de Cristo en el sagrario, nunca lo encontraríamos solo, únicamente acompañado de la lámpara Eucarística encendida, el Señor hoy nos dice a todos y a cada uno, lo mismo que les dijo a los Apóstoles "Con ansias he deseado comer esta Pascua con vosotros " Lc.22,15. El Señor nos espera con ansias para dársenos como alimento; ¿somos conscientes de ello, de que el Señor nos espera el Sagrario, con la mesa celestial servida.? Y nosotros ¿ por qué lo dejamos esperando.? O es que acaso, ¿ cuando viene alguien de visita a nuestra casa, lo dejamos sólo en la sala y nos vamos a ocupar de nuestras cosas.?

Eso exactamente es lo que hacemos en nuestro apostolado, cuando nos llenamos de actividades y nos descuidamos en la oración delante del Señor, que nos espera en el Sagrario, preso porque nos "amó hasta el extremo" y resulta que, por quien se hizo el mundo y todo lo que contiene (nosotros incluidos) se encuentra allí, oculto a los ojos, pero increíblemente luminoso y poderoso para saciar todas nuestras necesidades

Tomado de Aciprensa.

jueves, 30 de junio de 2011

EL CORAZÓN EUCARÍSTICO DE JESÚS

Fiesta del Sagrado Corazón



Les dejó esta reflexión del Beato Dom Columba 

Marmión. 


DOM Columba Marmion


El amor explica todos los misterios de Jesús


Todo lo que poseemos en el ámbito de la gracia nos viene de Cristo Jesús; “debido a su plenitud podemos todo”: De plenitude ejus nos omnes accepimus(1). Destruyó el muro de separación que nos impedía ir hacia Dios; mereció para nosotros, con una abundancia infinita, todas la gracias; jefe divino del cuerpo místico, posee el poder de comunicarnos el espíritu de sus estados y la virtud de sus misterios, con el fin de transformaros en Él.

Cuando consideramos los misterios de Jesús, ¿Cuál de sus perfecciones es la que vemos estallar particularmente? Si duda, el amor. El amor realizó la encarnación:Propter nos… descendit de caelis, et incarnatus est(2); el amor hace nacer a Cristo en una carne pasible y enferma, inspira la oscuridad de la vida oculta, alimenta el celo de la vida pública. Si Jesús entrega, por nosotros, a la muerte, es porque cede al “exceso de un amor sin medida”(3); si resucita, es “para nuestra justificación”(4); si sube al cielo, es como precursor que va prepararnos un lugar”(5) en esa estancia de beatitud; envía al “Espíritu consolador”(6) para no “dejarnos huérfanos”(7); instituye el sacramento de la Eucaristía como memorial de su amor.(8) Todos esos misterios tienen su fuerza en el amor.

Es necesario que nuestra fe en este amor de Cristo Jesús sea viva y constante. ¿Y Por qué? Por que es uno de los principales soportes de la fidelidad.

Veamos a San Pablo: nunca hombre alguno trabó ni se prodigó como él por Cristo. Un día, en que sus enemigos atacaban la legitimidad de su misión, fue movido, para defenderse, a esbozar él mismo el cuadro de sus obras, sus laboras y sufrimientos. Este cuadro, tan vivo, lo conocemos, sin duda, pero siempre es un gozo  para el alma releer este pasaje, único en los anales del apostolado. 

“A menudo, dice el gran apóstol, vi la muerte de cerca; cinco veces sufrí el suplicio de la flagelación; tres veces fui tundido con las varas; una vez fui lapidado; naufragué tres veces, pasé un día y una noche mar adentro. Y mis viajes, incontables, llenos de peligros; peligros en los ríos, peligros por parte de los bandidos, peligros por parte de los de mi linaje, peligros por parte de los infieles; peligros en las ciudades, peligros en los desiertos, peligros en el mar; mis trabajos y mis sufrimientos, mis numerosas vigilias, las torturas del hambre y de la sed, los ayunos múltiples, el frío de la desnudez; y dejando de hablar de otras cosas, todavía recordaría mis preocupaciones diarias, la solicitud por todas las iglesias que fundé(9). 

Aquí se aplica la palabra del Salmista: “Por causa de ti, Señor, todo el día estamos entregados a la muerte, se nos mira como ovejas destinadas a la carnicería…” Y, sin embargo, ¿que agrega inmediatamente? Pero “en todos estos encuentros, somos más que vencedores:Sed in his ómnibus superamus(10). Y ¿dónde encuentra el secreto de esta victoria? Preguntémosle por qué soporta todo, incluso el “fastidio de vivir”(11), ¿por qué, en todas sus pruebas permanece unido a Cristo con tan inquebrantable firmeza que “ni la tribulación ni la angustia, ni la persecución, ni el hambre, ni la espada pueden separarlo de Jesús(12)? Les responderá: Propter eum, qui dilexit nos(13): “por aquél que nos amó. Lo que lo sostiene, lo fortifica, lo ama, lo estimula es su convicción profunda de que “el amor de Cristo lo mueve”: Dilexit me et tradidit semetipsum pro me(14).

Y, en efecto, el sentimiento que hace nacer el él esta ardiente convicción es que “él no quiere vivir más para sí mismo”, - él que blasfemó el nombre de Dios y persiguió a los cristianos(15) - “sino por quien que lo amó al punto de dar la vida por él”.Caritas Christi urget me…(16) “El amor de Cristo nos urge”, exclama. “Por  eso me entregaré por él, me prodigaré gustosamente, sin reservas, sin medida”; ¡me agotaré por las almas que son su conquista: Libentissime impendam et superimpendar(17)!


Esta convicción de que Cristo lo ama da, verdaderamente, la clave de toda la obra del gran apóstol.

Nada empuja al amor como el saber y sentirse amado. “Todas las veces que pensamos en Jesucristo, dice santa Teresa, recordemos el amor con el que nos colmó con sus favores… el amor llama al amor”(18).

Pero, ¿cómo conocer este amor que está en el fondo de todos los estados de Jesús, que los explica, y cuyos motivos resume? ¿De dónde sacar esta ciencia, tan fecunda, que San Pablo convertía en el objeto de sus oraciones para sus cristianos? En la contemplación de los misterios de Jesús. Si los estudiamos con fe, el Espíritu Santo, que es el amor infinito, nos descubre sus profundidades y nos conduce al amor, que es la fuente.

Esta es una fiesta que por su objeto nos recuerda, de una mera general, el amor que el Verbo encarnado nos ha mostrado: es la fiesta del Sagrado Corazón. La Iglesia, a partir de las revelaciones de Nuestro Señor a santa Margarita María, cierra, por así decirlo, el ciclo anual de las solemnidades del Salvador; como si la llegada, al término de la contemplación de los misterios de su Esposo, no quedara sino celebrar el amor mismo que los inspiró.

miércoles, 22 de junio de 2011

CORPUS CHRISTI

FUENTE:  www.corazones.org

 Reproduzco aquí este post de la página citada ya que es una excelente descripción de la historia del la Solemnidad del Corpus Christi.






Solemnidad de Corpus Christi
Corpus Christi: "Cuerpo de Cristo", en latín.  



Esta fiesta conmemora la institución de la Santa Eucaristía el Jueves Santo con el fin de tributarle a la Eucaristía un culto público y solemne de adoración, amor y gratitud. Por eso secelebraba en la Iglesia Latina el jueves después del domingo de la Santísima Trinidad. En los Estados Unidos y en otros países la solemnidad se celebra el domingo después del domingo de la Santísima Trinidad.
La Solemnidad de Corpus Christi se remonta al siglo XIII. Dos eventos extraordinarios contribuyeron a la institución de la fiesta: Las visiones de Santa Juliana de Mont Cornillon y El milagro Eucarístico de Bolsena/Orvieto.
Urbano IV, amante de la Eucaristía, publicó la bula “Transiturus” el 8 de septiembre de 1264, en la cual, después de haber ensalzado el amor de nuestro Salvador expresado en la Santa Eucaristía, ordenó que se celebrara la solemnidad de “Corpus Christi” en el día jueves después del domingo de la Santísima Trinidad, al mismo tiempo otorgando muchas indulgencias a todos los fieles que asistieran a la santa misa y al oficio. Este oficio, compuesto por el doctor angélico, Santo Tomás de Aquino, por petición del Papa, es uno de los más hermosos en el breviario Romano y ha sido admirado aun por Protestantes.
La muerte del Papa Urbano IV (el 2 de octubre de 1264), un poco después de la publicación del decreto, obstaculizó que se difundiera la fiesta. La fiesta fue aceptada en Cologne en 1306. El Papa Clemente V tomó el asunto en sus manos y en el concilio general de Viena (1311), ordenó una vez más la adopción de esta fiesta. Publicó un nuevo decreto incorporando el de Urbano IV. Juan XXII, sucesor de Clemente V, instó su observancia.
Procesiones. Ninguno de los decretos habla de la procesión con el Santísimo como un aspecto de la celebración. Sin embargo estas procesiones fueron dotadas de indulgencias por los Papas Martín V y Eugenio IV y se hicieron bastante comunes en a partir del siglo XIV.
El Concilio de Trento declara que muy piadosa y religiosamente fue introducida en la Iglesia de Dios la costumbre, que todos los años, determinado día festivo, se celebre este excelso y venerable sacramento con singular veneración y solemnidad, y reverente y honoríficamente sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos. En esto los cristianos atestiguan su gratitud y recuerdo por tan inefable y verdaderamente divino beneficio, por el que se hace nuevamente presente la victoria y triunfo de la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Juan Pablo II ha exhortado a que se renueve la costumbre de honrar a Jesús en este día llevándolo en solemnesprocesiones.
En la Iglesia griega la fiesta de Corpus Christi es conocida en los calendarios de los sirios, armenios, coptos, melquitas y los rutinios de Galicia, Calabria y Sicilia.

Santa Juliana de Mont Cornillon y la fiesta de Corpus Christi.
La santa nace en Retines cerca de Liège, Bélgica en 1193. Quedó huérfana muy pequeña y fue educada por las monjas Agustinas en Mont Cornillon. Cuando creció, hizo su profesión religiosa y más tarde fue superiora de su comunidad. Por diferentes intrigas tuvo que irse del convento. Murió el 5 de abril de 1258, en la casa de las monjas Cistercienses en Fosses y fue enterrada en Villiers.

Juliana, desde joven, tuvo una gran veneración al Santísimo Sacramento. Y siempre añoraba que se tuviera una fiesta especial en su honor. Este deseo se dice haberse intensificado por una visión que ella tuvo de la Iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad. Ella comunicó esta visión a Roberto de Thorete, el entonces obispos de Liège, también al docto Dominico Hugh, más tarde cardenal legado de los Países Bajos; a Jacques Pantaleón, en ese tiempo archidiácono de Liège, después obispo de Verdun, Patriarca de Jerusalén y finalmente al Papa Urbano IV.
El obispo Roberto se impresionó favorablemente y como en ese tiempo los obispos tenían el derecho de ordenar fiestas para sus diócesis, invocó un sínodo en 1246 y ordenó que la celebración se tuviera el año entrante; también el Papa ordenó, que un monje de nombre Juan debía escribir el oficio para esa ocasión. El decreto está preservado en Binterim (Denkwürdigkeiten, V.I. 276), junto con algunas partes del oficio.
El obispo Roberto no vivió para ver la realización de su orden, ya que murió el 16 de octubre de 1246, pero la fiesta se celebró por primera vez con los cánones de San Martín en Liège. Jacques Pantaleón llegó a ser Papa el 29 de agosto de 1261. La ermitaña Eva, con quien Juliana había pasado un tiempo y quien también era ferviente adoradora de la Santa Eucaristía, le insistió a Enrique de Guelders, obispo de Liège, que pidiera al Papa que extendiera la celebración al mundo entero.

BibliografíaLa Enciclopedia Católica, volumen 4, y otras fuentes.

martes, 3 de mayo de 2011

LA EUCARISTIA MEMORIAL DEL MISTERIO PASCUAL: PASION, MUERTE Y RESURRECCION.

HERMANOS CON MOTIVO DE LA CELEBRACION DE LA PASCUA Y DE LA FIESTA DE LA EXALTACION DE LA SANTA CRUZ LES DEJO ESTA REFLEXION DE S.S. BENEDICTO XVI SOBRE LA EUCARISTIA Y LA PASION, MUERTE Y RESURRECCION DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.








¡Queridos hermanos y hermanas!

Celebraremos la fiesta litúrgica de la Exaltación de la Santa Cruz. En el Año dedicado a la Eucaristía, esta celebración cobra un significado particular: nos invita a meditar en el profundo e indisoluble lazo que une la celebración eucarística con el misterio de la Cruz. Cada santa misa, de hecho, actualiza el sacrificio redentor de Cristo.



Al Gólgota y a la «hora» de la muerte en la cruz --escribe el querido Juan Pablo II en la encíclica «Ecclesia de Eucharistia»-- «vuelve espiritualmente todo presbítero que celebra la Santa Misa, junto con la comunidad cristiana que participa en ella» (n. 4). La Eucaristía es por tanto el memorial de todo el misterio pascual: pasión, muerte, descenso a los infiernos, resurrección y ascensión al cielo, y la Cruz es la manifestación impactante del acto de amor infinito con el que el Hijo de Dios ha salvado al hombre y al mundo del pecado y de la muerte.




Por este motivo, el signo de la Cruz es el gesto fundamental de la oración del cristiano. Hacerse el signo de la Cruz es pronunciar un «sí» visible y publico a quien murió por nosotros y resucitó, al Dios que en la humildad y debilidad de su amor es el Omnipotente, más fuerte que toda la potencia y la inteligencia del mundo.




Después de la consagración, la asamblea de los fieles, consciente de estar ante la presencia real de Cristo crucificado y resucitado, hace esta aclamación: «Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ¡ven Señor Jesús!». Con los ojos de la fe la comunidad reconoce a Jesús vivo con los signos de su pasión y, junto a Tomás, llena de maravilla, puede repetir: «Señor mío y Dios mío» (Juan 20, 28).




La Eucaristía es misterio de muerte y de gloria como la Cruz, que no es un incidente en el camino, sino el pasaje por el que Cristo entró en su gloria y reconcilió a la humanidad entera, derrotando toda enemistad. Por este motivo, la liturgia nos invita a implorar con esperanza confiada: «Mane nobiscum, Domine!» ¡Quédate con nosotros, Señor, que por tu santa cruz has redimido al mundo!



María, presente en el Calvario ante la Cruz, está también con la Iglesia y como Madre de la Iglesia, en cada una de nuestras celebraciones eucarísticas (Cf. encíclica «Ecclesia de Eucharistia», 57). Por este motivo, nadie mejor que ella nos puede enseñar a comprender y a vivir con fe y amor la santa Misa, uniéndonos al sacrificio redentor de Cristo. Cuando recibimos la santa comunión, como María y unidos a ella, nos abrazamos al madero que Jesús con su amor ha transformado en instrumento de salvación y pronunciamos nuestro «amén», nuestro «sí» al Amor crucificado y resucitado.


S.S. BENEDICTO XVI

ANGELUS DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 2005





sábado, 26 de marzo de 2011

EL DON POR EXCELENCIA





La EUCARISTÌA es el "Don por Excelencia" nos dice el Papa Juan Pablo II en la Encìclica Ecclessia de Eucarstìa, "porque es don de sí mismo, de su persona en su santa humanidad y, además, de su obra de salvación"( cfr. No.11).

Es pues el regalo màs grande que nos dejò nuestro Salvador, ya que en la EUCARISTÌA se renueva el Sacrificio de Cristo y quiso dejarla manera en que pudieramos participar en ese Sacrificio todos y lo hace incluso antes que ocurriera en el Calvario.






Es el Don por excelencia porque nos muestra el Amor Misericordioso de Dios al extremo, como lo dice el mismo Juan Pablo II en el mismo nùmero 11 de  la encìclica citada: " ¿Qué más podía hacer Jesús por nosotros? Verdaderamente, en la Eucaristía nos muestra un amor que llega « hasta el extremo » (Jn 13, 1), un amor que no conoce medida."

Es Sacramento Eucarìstico que se nos da en su Cuerpo entregado por nosotros y su Sangre Preciosìsima derramada por todos. En esto nos muestra la universalidad de la Caridad de Dios, es por todos y para todos.







Ademàs "La Misa hace presente el sacrificio de la Cruz, no se le añade y no lo multiplica", ( cfr. item No 12) es decir que se realiza el mismo Sacrificio del Calvario y es siempre la misma Vìctima, no es algo distinto y nos son muchos sacrificios distintos. Y siempre es el Sacrificio de la Cruz, donde Cristo se da por entero y entrega su vida por todos.




Vemos entonces que la EUCARISTIA es ese "DON DE DIOS POR EXCELENCIA", y me pregunto: ¿Porquè si es el Don por excelencia, son tan pocos los que lo reciben y participan de la Eucaristìa? ¿Serà que no hemos entendido la grandeza de la Eucaristìa en la misma Iglesia?




Se nos ha presentado la participaciòn en la Misa como una obligaciòn o al menos esa percepciòn se ha quedado de tiempos anteriores, sin embargo si supieramos el Don de Dios y nos dieramos cuenta cabal que la EUCARISTÌA es lo màs grande que nos puede acontecer en esta vida, ciertamente valorarìamos con otros criterios nuestra celebraciòn Eucarìstica.

Penesemos que Jesùs nos ha dado el regalo màs grande y maravilloso que es el Don de sì mismo y nos lo ha dejado de modo que podemos acceder a El cada que queramos asisitir a una misa, esto hermanos es para quedarnos admirados ante el gran Amor de Dios por la humanidad.

P. Francisco.

lunes, 7 de marzo de 2011

EL SANTÍSIMO SACRAMENTO Y EL MIÉRCOLES DE CENIZA

Este artículo lo tomé integro de Catholic.net ya que es muy importante darle prioridad a lo que lo tiene, en este caso Jesús Sacramentado, que muy frecuentemente es ignorado por la mayoría de quienes acuden a tomar ceniza.


Autor: Ma esther De Ariño | Fuente: Catholic.ne
En la frente... una cruz de ceniza bendecida
Pero los que están en la fila de la ceniza... ¡ni una mirada, ni un saludo, ni una reverencia a Dios que está escondido en el Sagrario!
 
En la frente... una cruz de ceniza bendecida

El próximo miércoles 9 iniciaremos la Cuaresma, tiempo penitencial para los católicos y vemos como infinidad de personas, quizá algunas que hace mucho tiempo no han acudido a la Iglesia, se forman en largas filas para que les marquen la frente con una cruz de ceniza bendecida.

Llegan, se forman en la fila, reciben la ceniza y se van... Personas buenas, almas cándidas quizá, que siguen una tradición que tienen carácter de ritual al que pudiera caber, en su entendimiento, algo mágico y que por nada del mundo dejarían pasar esta fecha sin llevar en su frente la huella de la ceniza.

Cosa buena es que esta tradición del Miércoles de Ceniza esté tan arraigada en el corazón de los fieles católicos.

Quizá todos los que estén en la fila sepan qué es lo que significa y que de ninguna manera es, ni obligación ni Sacramento.

Quizá todos vayan meditando -ya que de eso se trata- sobre el punto filosofal de que polvo somos y en polvo nos convertiremos.

Quizá todos deseemos empezar la Cuaresma con un acto de humildad y pidiendo perdón por nuestros pecados.

Tal vez, y esto esta muy bien, pero hay "algo" que no está bien.

Veamos: hemos entrado al Templo, estamos en la Iglesia, en la casa de Dios y no parecería posible entrar en esa casa y no saludar al Dueño, al Señor, al Dios Supremo Hacedor de todas las cosas, al Rey de Reyes, el Altísimo Señor, el Omnipotente que está en infinita humildad en el Sagrario en Cuerpo y Alma. Tan auténtico como cuando caminaba por las orillas del Jordán, tan real como cuando se sentó en el borde del pozo para pedirle agua a la samaritana, el mismo Dios, el mismo Cristo.

La puerta del Sagrario está cerrada, una luz roja parpadeante nos anuncia que está ahí el Señor, Dios nuestro.

Las personas están en la fila de la Ceniza... ¡ni una mirada, ni un saludo, ni una reverencia al Dios que está escondido en el Misterio de amor que es la Eucaristía!

¿Cómo es esto posible? ¿Será más importante llevar en la frente un signo de humildad que caer primero de rodillas ante el Sagrario y aunque no lo veamos con los ojos de la carne, decirle con los del alma: "Creo en Tí, Señor, y te amo", o simplemente con las palabras de Santo Tomás: "Señor mío y Dios mío" ?

Y ya que estamos en este tema diremos que ocurre lo mismo cuando algunas personas entran en la Iglesia y se van derechitas al Santo de su devoción. Se arrodillan, le piden quién sabe que cosa y se van. Tal vez no haya culpa, es falta de formación y de que no nos hayan dicho una y mil veces, hasta que nos cale, que al que tenemos que reverenciar y adorar es al Dios vivo que está presente con su Cuerpo, su Alma y su Divinidad en el Sagrario. Los grandes santos son intercesores de las gracias que pedimos ante Dios.

Tal vez también sea que creer en esto, es más difícil que creer en el poder del Santo. El culto a los Santos, - como nos dice en sus homilías Mons. George Chevort, no es obligatorio, sino facultativo." Pedirle a los Santos es como una etapa, como un escalón, no un término.

El objetivo de nuestra religión es la Santísima Trinidad que tiene derecho a nuestra adoración y de la cual proceden todos los bienes que necesitamos y el Mediador indispensable es Jesucristo, Hijo de Dios y hombre.

Glorifiquemos a Dios en sus Santos. Ahora bien, la primera de todos los Santos: no fuera de, sino en primer rango y un rango a parte, es la Bienaventurada Virgen María. La primera y aparte porque no solo es obra de Dios, sino que es la obra maestra de Dios. Es la Madre de Dios porque Ella difundió en el mundo la luz Eterna, Jesucristo Nuestro Señor.

¡Cuánta preparación y cuánta información sobre nuestra Fe nos hace falta para vivir y obrar como verdaderos cristianos!. Vivamos nuestra religión con orden y profundidad. Que seamos el ejemplo viviente para los que nos ven, que formándonos y estudiando podremos cumplir con los grandes misterios de nuestra religión tal y como nos lo enseña nuestra Santa Madre la Iglesia Católica y que imitando a los Santos entremos en esta Cuaresma con espíritu de oración y sacrificio. 

TOMADO DE CATHOLIC.NET.

jueves, 3 de marzo de 2011

LA INSTITUCION DE LA EUCARISTIA

EL JUEVES SANTO
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Hoy  jueves quisiera que reflexionáramos sobre el origen de la Eucaristía que nos dejó Nuestro Señor en la última Cena, aquella noche memorable en el Cenáculo donde celebraba la Pascua Judía con sus discípulos y que transforma Jesucristo en un legado Divino al instituir el Sacramento del Orden y el Sacramento del Amor: la Eucaristía, dos sacramentos que van unidos precisamente por su origen y por su importancia y dependencia uno de otro, no hay Eucaristía sin Sacerdocio y no hay Sacerdocio sin la Eucaristía.
El santo Padre Juan Pablo II en la introducción a su Encíclica ECLESSIA DE EUCARISTIA en el número 2, nos describe con esa sencillez propia de Él ese momento en que Nuestro Señor instituye  la Eucaristía la noche del Jueves Santo:

 El Cenáculo es el lugar de la institución de este Santísimo Sacramento. Allí Cristo tomó en sus manos el pan, lo partió y lo dio a los discípulos diciendo: « Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros » (cf. Mt 26, 26; Lc 22, 19; 1 Co 11, 24). Después tomó en sus manos el cáliz del vino y les dijo: « Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados » (cf. Mc 14, 24; Lc 22, 20; 1 Co 11, 25). Estoy agradecido al Señor Jesús que me permitió repetir en aquel mismo lugar, obedeciendo su mandato « haced esto en conmemoración mía » (Lc 22, 19), las palabras pronunciadas por Él hace dos mil años.”


Es pues ese Jueves Santo el momento en que Jesús se nos da anticipando su Sacrificio cruento que se llevaría a cabo al día siguiente en el Calvario. Es una manera de perpetuar su entrega por Amor a su Padre y a la Humanidad y de que se repitiera una y otra vez en cada Misa celebrada a través de los siglos hasta la consumación de los tiempos. Es pues el colmo de la Generosidad Divina.
En la entrada anterior señalaba que la Eucaristía tiene, por decirlo así, tres momentos: Sacrificial, Comunión y Adoración. En el Código de Derecho Canónico de la Iglesia Universal nos los describe así en el Canon:898
“Tributen los fieles la máxima veneración a la santísima Eucaristía, tomando parte activa en la celebración del Sacrificio augustísimo, recibiendo este sacramento frecuentemente y con mucha devoción, y dándole culto con suma adoración; los pastores de almas, al exponer la doctrina sobre este sacramento, inculquen diligentemente a los fieles esta obligación”



Es pues el momento Sacrificial el que nos va a ocupar en las siguientes entradas y posteriormente los otros dos: Comunión y Adoración.